Hoy en el Paraiso

Un gran comienzo para un gran día es agradecer a la creación, naturaleza o Dios. De alguna forma agradecer a la Vida, a quien, o lo que creas merece gratitud por tu existencia. Reconocer sabiduría sobrenatural, inteligencia, poder y dominio, en la obra sinigual que eres tú, también en el prójimo. Reconocer como Jesús lo hizo, que, por nuestros propios medios, sin la vida, sin Dios, no podemos hacer nada. Hay que reconocer que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser en Dios. (Hechos 17:28), que estamos agradecidos por la armonía reinando ya en nosotros, y entre nosotros.

Cuando estamos complacidos con lo que creamos, seguramente no lo destruimos. No tengo control sobre mi creación, mis libros, porque no puedo obligar a nadie a que le guste ni a por lo menos respetar mi creación. Lo que cree termine, estaba en alguna parte del universo y tomo forma a través de este canal individual. ¿Qué es la reacción de otros hacia mi creación? Es una imaginación, solo eso, otra idea diferente de la original. Es otra idea que está solo en sus mentes, puede que sí, o puede que no esté de acuerdo con la Mente, en donde lo bueno es lo único que fue creado y por lo tanto existe. De igual manera, Dios no destruye su creación. ¿Es posible destruir la belleza? De ninguna manera, se podrá destruir lo que el hombre creo, lo material, ¡pero no el aspecto espiritual de la obra! Si mi mente solo conoce el bien, eso es con lo que vivo, solo un poder, el poder del bien…armonía y disfrute del trabajo terminado. Y si continúo sin darle cabida, espacio, ni poder al mal, no tendrá modo de existir o expirará sin dejar ni rastros.

“Lo que hizo fue bueno en gran manera”, “muy bueno”, en Genesis. Los derechos establecidos cuando la creación incluyen salud, bienestar, amor y vida. Nada que ver con dolor, enfermedad, ni escases y si con todo lo benévolo y virtuoso, con la satisfacción espiritual e individual de deseos. Porqué en lugar de preocuparnos por comida y vestido no intentamos sentir la libertad de los pájaros. ¿Porque no reflejar al Creador como el rayo de luz que somos, Mateo 5:14, sabiendo que la sabiduría, la pureza, la salud, y la santidad van con uno a todo lugar en todo momento? Nuestro deber es demostrar la inquebrantable unión con la fuente de toda la creación. Es aceptar la infinita bondad permitiéndole al bien reinar en nuestro espacio. La condición para vivir tanta bondad, para reinar en el reino que Jesús afirmaba, está dentro, es reconocerlo y vivir en el campo mental donde la armonía y el amor abundan.

¿Qué tal si estuviésemos seguros de que hay solo una Mente? ¿Qué tal si estuviésemos seguros de que todo lo que fue creado fue bueno y bondadoso? Que el mal es creación humana y podemos aceptarla y hacerla real, o negarla y hacerla desaparecer como si nunca hubiese existido. Qué tal si en verdad supiésemos que no podemos ser engañados por tantas ideas, intentos ilusorios de hacernos sentir miserables o intensamente felices. Si, funciona de ambas maneras. ¡Se nos dio dominio desde un principio, y lo tenemos…úsalo! Para traer más paz a la vida. ¿Qué tal si usáramos el dominio que se nos dio desde un principio para controlar las respuestas o reacciones a toda percepción?