top of page

Quien Presiona tus Botones

La historia recuerda a aquellos que persiguieron una idea, una meta con tal fervor, coraje y autenticidad como Gandhi o Luther King. No importa la tarea; el hecho es que lo hicieron con todo, entregados al proyecto con alma, vida y corazón. Estoy asumiendo felicidad en ellas, no dudo del alcance logrado. Diría yo que lo que se siente cuando se está totalmente comprometido en una tarea que se ama… no se siente frio, calor, hambre ni sueño solo el firme deseo de ver los resultados de la tarea terminada.

¿Qué hace la diferencia? No importa las circunstancias, ricos y pobres, simpáticos o no, la actitud hace la diferencia. A medida que se va viviendo más conscientemente y menos en automático (el subconsciente y su programa), inseguridades van desapareciendo, se logra en muchos casos el sentimiento de estar en control y se vive tan natural, tan auténtico como es uno solo. No hay necesidad de complacer a otros y tampoco de aprobación, como la cultura nos ha lavado el cerebro que creamos. Ahora se es libre para sentirse libre, libre para hacer lo mejor que se pueda y aun para cometer errores. Pero sobre todo, para cambiar esa conducta aprendida por lo que nuestro corazón nos guie. Se debe saber que absolutamente nada nos puede afectar si nos damos cuenta a tiempo y no lo permitimos.

Al hablar de la Felicidad, Anthony de Mello mencionaba la independencia de pensamiento, no permitir que nada ni nadie presione nuestro botón de la felicidad ni el de la tristeza; liberarnos de los apegos y creencias tales como que se necesita una carrera, un trabajo, hacer esto o lo otro para ser feliz. No permitir la interferencia de opiniones de otros ni cambios de ánimo al ser aprobado o rechazado. Para Bruce Lipton es como vivir en una luna de miel perpetua, entenderás si alguna vez has estado enamorado. La observación del presente es para Joel Goldsmith, McKenna y Red Hawk , estar presente con la Presencia. Viviendo la vida como en un viaje experimentado nuevos lugares y situaciones como niños ansiosos por aprender.

Me pille más de una vez creando esas historias de lastima y culpa de las que hablaba Anthony de Mello. Me cuestione sentimiento de soledad y desamor: cuando alguien me halagaba o cuando alguien me despreciaba. Culpar a los demás no funciono, ni se daban cuenta. Esas historias estaban solamente en mi cabeza, no tuve más interés en pelear sino en encontrar los hechos analizando cambios en mi temperamento.

Nos comportamos de la manera que aprendimos. La mayor parte de tiempo actuamos sin darnos cuenta, desde el programa establecido en nuestra mente. Aprendimos de alguna manera la conducta en cuestión de alguien quien pudo tener ataque de pánico y creo un show emocional de inseguridad, falta de amor, patronos o tradiciones, en otras palabras…la cultura. Pueda que no identifiquemos de quien ni cuando aprendimos esa conducta, pero debemos entender que esa conducta no es lo que somos, que no es saludable repetirla y que podemos cambiarla y rechazarla. Quizás nos demos cuenta de que usando esa conducta programada no ayuda a solucionar el problema y tampoco nos ayuda a mejorar el carácter.

No se trata de ocultar los sentimientos, por el contrario, se trata de reconocerlos, observarlos y enfrentarlos sin enjuiciarlos. No se trata de hacer excusas e ignorarlos. Es el momento justo cuando se debe reflexionar sobre dicho sentimiento y aceptarlo tal cual. No hay necesidad de encontrarle nombre, pero si identificar lo que se siente. Imaginemos por ejemplo que después de mirar la última propaganda de Apple sentimos alguna desdicha porque no disponemos del dinero para comprarlo. Podemos alimentar ese sentimiento hasta llegar a enojo serio o podemos ahorrarnos un mal día aceptando el hecho y encontrar salidas para aliviar la tristeza o cualquier sea el sentimiento, buscar otra opción.

Featured Posts
Recent Posts
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
Follow Us
Search By Tags
Archive
bottom of page